Metodología de formación

Considerando los tiempos y las diversas necesidades, los métodos de formación dedicados al personal pueden (y deben) seguir diferentes enfoques. Nosotros proponemos al menos tres modalidades: Formación presencial (en el aula): Es sin duda el enfoque clásico y se integra fácilmente con otras metodologías formativas, como el coaching, e-learning, la formación en el trabajo, etc. En esta modalidad, la función del instructor, capaz de estimular e intrigar, se vuelve fundamental. Sin embargo, también son importantes la capacidad y la colaboración de los participantes, quienes pueden intercambiar experiencias de formación previas o adquiridas directamente en el campo. A partir de estas últimas, también es posible comprender dónde intervenir para mejorar los procesos productivos de la empresa que se acerca a nosotros. Al final, se crea una verdadera empatía que ayuda a la formación y el crecimiento del personal especializado en áreas específicas. Formación en línea (e-learning): Esta modalidad es la que normalmente utilizamos para cursos más técnicos; está destinada a la formación del personal capacitado para intervenir en pequeños defectos de diseño o mal funcionamiento repentino. Permite que el operador intervenga de inmediato, evitando así una brusca paralización de la actividad que puede resultar costosa para una empresa. Formación en el trabajo y tutoría: Consiste en una actividad formativa planificada y organizada para favorecer la adquisición de habilidades operativas directamente en el lugar de trabajo mediante la experiencia práctica. Tiene la gran ventaja de formar al personal directamente en el campo en el que luego deberán trabajar. Es quizás la metodología más adecuada para grandes empresas que ya cuentan con personal capacitado pero que necesita actualizarse o fortalecer ciertas habilidades indispensables para el ciclo de producción. Podemos definirlo como un "máster" adicional que determina la singularidad de una empresa.